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Ainhoa : las hermosas casas de la calle principal

Ainhoa

Situada entre el valle del Nive y la frontera navarra, Ainhoa está clasificada como uno de los pueblos más bonitos de Francia.
Esta calle bastida del siglo XII, creada para acoger a los peregrinos en su camino a Santiago de Compostela, combina el verde de sus colinas con las fachadas blancas y rojas de sus antiguas casas.

Historia y patrimonio de Ainhoa

Historia eta kultura ondare

Una etapa en el Camino de Santiago

Antaño, en el lugar en el que se encuentra Ainhoa no vivían más que pastores nómadas, pero en el siglo XII Juan Perez de Baztan, propietario de estas tierras y señor del castillo de Jaureguizar, y el abad de Urdax, representante de la autoridad eclesiástica, decidieron crear el vicariato de Ainhoa.

En sus inicios Ainhoa fue pensada como lugar de alojamiento y avituallamiento para los peregrinos del Camino de Santiago. Así, con el paso del tiempo se ha convertido en una de las etapas ineludibles del camino.

Una bastida

Este pueblo fue construido en forma de bastida y consta de una sola calle. Esta larga calle principal está bordeada por viviendas de estilo labortano que datan del siglo XVII y de principios del siglo XVIII. La plaza principal está organizada en torno al frontón y junto a la iglesia.

La particularidad de las casas de Ainhoa

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Photo : © Teddy Bear

Al ser pensada como una bastida, Ainhoa tiene una sola calle principal a la que dan todas las fachadas. Existe en este sentido una particularidad que merece la pena destacar : en el País Vasco, en general, las fachadas de las viviendas están orientadas hacia el Este para protegerse del mal tiempo proveniente del océano, no así en Ainhoa. Como este pueblo fue construido en torno a la calle principal, todas las fachadas de las casas de uno de los laterales de la calle están orientadas hacia el oeste. Esa es la razón por la cual, si se da un paseo por la calle principal de Ainhoa verá que las fachadas de madera que miran hacia el este son mucho más coloridas y están más decoradas que las de orientación oeste, con formas mucho más discretas y ventanas más estrechas para protegerse de las inclemencias del tiempo.

Los dinteles de Ainhoa

Si prosigue su paseo por la calle principal de Ainhoa, mire bien a la parte superior de la entrada de las viviendas. Muchas poseen dinteles sobre las puertas, tanto en piedra como en madera, indicando la fecha de construcción pero a veces también información adicional sobre los habitantes de dicha vivienda. Sin duda, la más emblemática es la casa Gorritia cuyo dintel dice así : “Esta casa llamada Gorritia fue comprada por Maria de Gorriti, madre del difunto Jean Dolhagaray, gracias a las sumas enviadas desde América por este último ; esta casa no podrá ser vendida ni ofrecida como garantía. Hecha en 1662”. 

Los rincones secretos de Ainhoa

Para descubrir Ainhoa no dude en salir de la calle principal y sumergirse en la parte trasera de las viviendas. Esconde lindos jardines y hermosas huertas. Existe además un pequeño camino que atraviesa toda esta zona.

Un pueblo de artesanos

En la actualidad, las preciosas casas de la calle principal acogen en su seno comercios dedicados a la venta de productos locales o de artesanía. Descubra los productos hechos a base de leche de burro, el taller artístico que trabaja con la madera de manera totalmente artesanal... Evidentemente, también podrá disfrutar de excelentes restaurantes como es el caso de La Ferme Ithurria, un negocio familiar regentado desde hace ya dos generaciones que posee una Estrella Michelín.

El monte Atsulai

Atsulai mendia

Una colina con unas vistas privilegiadas

En lo alto del pueblo, el monte Atsulai tiene 389 metros. Para subir a la cima puede tomar un camino empedrado que parte del pueblo. La subida hasta la cumbre le tomará entre 45 minutos y una hora aproximadamente. Una vez arriba olvidará de inmediato el esfuerzo realizado para centrarse en admirar el paisaje que le ofrece este lugar : a sus pies Ainhoa con el monte Larrun al fondo, los Pirineos algo más allá y si hace buen tiempo el océano a lo lejos.

La Capilla de Nuestra Señora de Arantzazu

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Photo : © Yoni

La cumbre del Atsulai esconde una bella sorpresa : la capilla de Notre Dame de l’Aubépine, Arantzazu en euskera. Se cuenta que la Virgen María se le apareció a un joven pastor en este mismo lugar y que lo hizo en un zarzal en llamas. Al parecer el pastor volvió al pueblo al grito de “Arantzazu!”, que en castellano sería algo así como “¡tú en un arbusto de espinos!”.

Al poco de este acontecimiento una capilla fue construida en el lugar y todavía hoy en día se realizan procesiones anuales a la capilla de Nuestra Señora de Arantzazu. En la cumbre también encontrará estelas discoidales y tres grandes cruces que datan del año 1898.

Para continuar con el paseo

Una vez en la cima, puede continuar su paseo en dirección al monte Errebi o volver al pueblo siguiendo la señalización.

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